Para los golpes

Me pareció leer por aquí algo sobre una barrita para las picaduras y los golpes. Es la de arnidol o es otra?

Hola, yo te recomendaría que arnidol no comprases,  lo digo porque creo recordar que tiene parabenos. Como hablamos por aquí del arnica que hago yo, puede que sea eso lo que te suena.
Besoss

 No sé si la de arnidol lleva parabenes pero lo que sé es que lleva muy poca proporción de árnica...la mejor, la de Sonsoles y una que pillé por internet hace tiempo...soy bailarina y esa es mi experiencia, quiero decir que suelo tener malestares, agujetas, contracturas,...y la de Sonsoles es mágica...ya lo había dicho pero lo repito.

Sí, sí, para prueba un chichón que la de Sonsoles es la mejor!!!!
26-4-14. Romeo juega con dos amigos, Martín y Sara, a la pelota. Y aquí me apetece contar que es una pelota grande y azul que cogimos estas navidades de la Cabalgata de Reyes. Pero sigo con el chichón… Yo le vi caer a cámara lenta: hacia atrás y la cabeza golpeando despacio sobre el bordillo. No me pareció que hubiera sido un golpe fuerte, pero lloró y era un llanto de golpe fuerte. Así es que me acerqué corriendo. ¿Estás bien? le pregunté cómo hago siempre cuando se cae antes de hacer otra cosa. No me contestó y siguió llorando. No estaba bien. Le cogí, le miré, le toqué la cabeza y me quedé pasmada del bulto que tenía. Comprobé que en el otro lado no lo tenía (la vida es sorprendente, siempre) por si fuera algo de su propia cabeza y efectivamente era un chichón gigante. Me asusté. Le dije a Carlos que fuera a por hielo al bar de al lado. Romeo seguía llorando y yo con los latidos a cien por hora. Sin embargo el tiempo en mi cabeza seguía a cámara lenta, que se me hizo eterno hasta que vi aparecer a Carlos con la bolsa de los hielos. Pensé en el árnica de Sonsoles y me subí corriendo a casa a por el botecito. Nada más verlo dijo que no quería que le pusiera nada, bastante mal lo estaba pasando ya con el hielo. Le expliqué para lo que servía pellizcando el hombro de su camiseta hacia arriba y bajando la montañita para que viera que así iba a suceder si le aplicábamos árnica. Se dejó. Y maravilla, no se volvió a quejar. Aquel ungüento hecho por una mamá amiga dio el resultado esperado: tranquilizar con un toque suave de mamá y bajar la montañita de la cabeza. Ahora sólo le queda un pequeño rasguño y nada de dolor. A mí un poquito más de peso en el bolso, pero me da seguridad.   

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