Por si te sirve, yo nunca le dije a mi hija "No se pega" sino "No me pegues". Precisamente porque pegar es también una manera de defenderse y desgraciadamente hay situaciones en las que, de tener que pasarse, desearía que pegase con todas sus fuerzas. No es el caso ese, claro. Yo en ese caso le digo que no todos los niños reciben respeto y entonces necesitan soltar su rabia sobre otros, necesariamente los más débiles por supuesto, también utilizo como ejemplo situaciones en las que es ella la que ha sacado su frustración sobre otros, para que pueda entender lo que le puede pasar al otro. Luego las defensas si no se las quitamos creo que las encuentran ellos, lo que hacía ella en el cole era correr. En infantil sólo estaban los de 3 y 4 años y me decía "mama, los mayores nos han querido pegar. A mi no me pegan porque corro muy rápido".
Pues si temazo... Y más cuando ví a mi hijo (tenía menos de 2 años entonces) pegar a su prima con una fuerza que casi le arranca el ojo ! Vale, ella interrumpió lo que hacía en ese momento y le cogió su juguete, pero él directamente fue a las manos y tuve que intervenir. Un día intervino su abuela y le dio un cachete a mi hijo en el culo diciendo que no se pega. Se puso aun más furioso, la prima le había quitado su juguete y además la abuela le regañaba a él y le daba un abrazo a la prima. Me dio tanta pena...
Gracias por vuestros consejos, son muy sabios. Ahora mi hijo cada vez se expresa más y le explico que tiene que hablar y decirle a la niña o al niño que no le guste que le coja su juguete (o lo que sea), que se lo diga.
No sé donde mi hijo sacó esa agresividad (porque puede llegar a hacer mucho daño, es muy impulsivo), puesto que nosotros nunca le hemos pegado de ninguna forma. ¿Será en la escuelita? ¿Lo llevan dentro l@s niñ@s?
Es un trabajo diario lo que hacemos con él y poco a poco usa más la palabra. Aunque queda mucho por hacer.
Maldita sociedad tengo ganas de decir... que responsabilidad tenemos como cuidadora, madre, padre de poder cambiar ese mundo aunque sea hacerlo un poquito mas humano.
Yo es que veo que la violencia física es una salida de rabia, tensión pero también muy animal..y canalizarla cuando no tienen herramientas es imposible
A mi me da rabia que pegue o le peguen..pero también me da rabia condenarlo si más...
Igual si no les enseñáramos que está mal mal mal..que no se hace.
Igual las peleas justas existen, esas que el código de honor te impedía pegar a alguien más pequeño, alguien que no tiene intención de defenderse..igual es eso lo que hay que enseñar..normas, un código de buenas prácticas
Igual mi hijo vendría con un arañazo de más pero con estress de menos y el contricante igual, igual se hacen mejores amigos porque se ganan el respeto el uno del otro...lo mismo es la fórmula para que la violencia no escale, si sale a poquitos, con los amigos..como un juego enrrabietado..no se..me da por pensar alternativas porque no lo veo muy claro y la national geografic parece que tiene todas las soluciones..
ola, gracias por vuestras reflexiones... te leo Judith y no sé... pensamiento muy adulto...
En los peques hay una necesidad de pegar que también la tenemos los adultos pero nos la cortamos, sino que sería de este mundo... iríamos dando golpes, patadas, gritos... y yo que se que más... En mis clases aparece mucha rabia contenida, mandibulas prietas y tantas cosas que contenemos...
Pegar es algo que necesitan... algo que no saben gestionar, rabia contenida incluso que viene de otras vidas o de antepasados...
Nosotros como adultos tenemos que saber contenerlo y dejarlo soltar y no sabemos... nos cuesta, y aquí estamos, cuestionándonos qué hacer y cómo hacer para que ellos lo integren en sus vidas y no sea un trauma ni nada parecido...
Es nuestro hijo el que ha pegado o el pegado... en cualquiera de los dos casos sufrimos...
No creo que hay normas, ni reglas ... ni una fórmula magistral... depende del caso, la situación, cómo nos pillé... así que estar y acompañar desde el corazón y que el universo provea chicas...
Vayamos haciendo la huchita de terapia que les puede ayudar seguro... si ellos quieren terapia, claro!!... sino vayamos a terapia nosotras que siempre ayuda...
Abrazos amores...
En nuestra casa y en el espacio donde va Romeo por las mañanas existe el límite de no hacerse daño ni así mismo ni al otro. Son los límites que manejamos con respecto al mundo de Romeo por ahora. Para ello cuando a Romeo le pegan o Romeo pega, si hay signos de queja, el adulto se acerca y le dice a quien haya pegado: puede que a ...... no le guste que le peguen, que le hagan... (lo que le esté haciendo) y normalmente el niño en cuestión para; si no lo hace, se le avisa que si lo sigue haciendo se le va a tener que retirar del espacio. Acompañándole en todo momento. Si sigue haciéndolo, se hace lo que se le ha avisado, se le retira acompañándole para intentar averiguar su necesidad (si es verdadera necesidad de pegar, se le ofrece algo donde hacerlo). Si no se averigua, simplemente se le acompaña. Ese es a grandes rasgos el protocolo de actuación hasta dónde yo llego a saber. En casa hacemos igual, lo único que quien se retira del
espacio, soy yo (si me ha pegado a mí) o su padre, o nos ponemos de barrera de uno u otro. A veces me duele mucho que me intente pegar. Romeo lo ha hecho alguna vez sin darme fuerte, pero me ha dolido el hecho en sí. Entonces pienso que es la búsqueda constante del límite, lo que le va a hacer estar seguro en su mundo, lo que está haciendo en ese momento, y se me suele pasar.
En fín, que todavía no hemos visto ningún atisbo de violencia en Romeo ni hacia Romeo que no sea fuera de estos ámbitos, pero leyéndoos me habéis hecho reflexionar y me doy cuenta de dos cosas:
Una, que cuando a los niños no se les puede acompañar (en los espacios donde hay muchos niños y pocos acompañantes) se dan más casos de violencia no resueltos y el niño, creo, aprende a desarrollar esta habilidad. Puede también que la violencia no sea el límite marcado en ese espacio. Pues, y esta es la otra cuestión, no todo el mundo maneja los mismos límites y de la misma manera. Nosotros nunca decimos "no se pega", sino "no me gusta que me pegues" o "a...... no le gusta que le pegues", porque no sabemos si en otro tiempo, lugar, Romeo va a tener-querer desarrollar esa habilidad. En el tiempo y espacio que compartimos ahora no se lo permitimos porque creemos que ello redunda en crear un clima apacible y favorable para su desarrollo. ¿Pero quién nos dice que en un futuro no será boxeador, o le gustará que le peguen, o tendrá que hacerlo para sobrevivir..?
Yo creo que el carácter también influye algo. Mi hija comenzó a morder en un entorno tranquilo y súper- respetuoso, con un límite claro y bien gestionado acerca de la violencia y con dos acompañantes para cuatro niños O_O. Pero ella tiene un carácter muy fuerte (nunca lo comentaré delante de ella y no es algo que me condicione para nada, pero lo admito aquí en secreto, jajaja) y desde muy pequeña es muy defensora de su espacio (tiene un espacio vital muy amplio) y de sus cosas, así porque sí.
Y es curioso, en relación con la violencia, pero cuando acumula un nivel alto de energía y está muy emocionada (positivamente) por algo (porque vienen los abuelos de visita, porque estamos jugando de un modo muy activo, etc.), a veces también tiene necesidad de morder y descargar esa energía de ese modo. Así que no es sólo en casos "negativos" sino que es un modo de soltar energía también en situaciones "positivas" pero en las que se genera mucha energía o excitación. Ahora ya se dan muchísimos menos casos en ambas situaciones, pero cuando tenía un año o así de verdad que necesitaba morder algo y entonces le dejábamos que mordiera nuestra ropa o algo que pudiera ser pero no a nadie. La pareja que la acompañan por las mañanas me contaban que tienen una amiga que recuerda que de pequeña necesitaba y le gustaba (le daba placer) morder O_O.
Voy a seguir estirando el chicle porque el tema me trae a la cabeza muchos puntos y subpuntos. Estoy pensando sobre todo en el tema de la autonomía, sacar a los niños de las burbujas y dejar que ellos mismos tomen control de su vida. Les tenemos tan controladitos en parques acotados, siempre de la mano en cuanto ponemos un pie fuera de la casa, diciéndoles cuidado no te caigas, ni se te ocurra cruzar solo, no te separes de mi lado que es peligroso, no hables con extraños, etc, etc. El niño no puede desarrollar su instinto protector, porque ya lo hacen todo por él. Y si hay un peligro, no tiene ni idea de cómo reaccionar. Estamos tan desnaturalizados, que cuando estamos en la realidad, no tenemos recursos. Los aprenderemos tarde y mal. Obviamente no quiero decir que haya que poner a nuestros hijos en medio de la calzada para que aprendan a desenvolverse, pero pienso que hay que buscar entornos adecuados y soltarles de la mano. La vida en la ciudad nos lo pone muuy difícil, esto sería otro chicle más para estirar. Los niños en la ciudad y la violencia. También da para largo. Besos
Ayer en la reunión que tuvimos con Momo no pude evitar sacar el tema de la violencia para saber su opinión. Me dijo que se ha dado cuenta que cuando los niños se pegan, luego se vuelven a tratar como si nada hubiese pasado, y lo que ella hacía antes de que si el niño continuaba pegando tras avisarle le retiraba del espacio acompañándole, ya no lo hace, pues se dio cuenta de que el niño repetía la frase que no era suya sino sacada del adulto de: "si me pegas ya no te voy a hablar, jugar contigo..." etc. Y que ahora lo que hace es ESTAR con ellos. Simplemente cuando ve a alguien que pega, lo evita si llega a tiempo y después ESTÁ CON ÉL/ELLA. Y así todo el rato, hasta que el niño deja de pegar. El caso que nos contó de dos niñas que se pegaban el año pasado, dijo que nada más acercarse a ellas tranquilamente (también dijo que si tenía que correr para evitarlo, hacía que iba tranquila pero corría), amorosamente, las niñas dejaban de
pegarse y estallaban en lágrimas para soltar tensión.
Pues yo he estado leyendo vuestros mensajes y me he dado cuenta de que efectivamente, lo mejor para mi es acompañar siempre que el espacio y las personas sean conocidas. En un espacio desconocido, pues no lo tengo tan claro porque no sabes como van a reaccionar otros niños (básicamente, no se con que criterio los están criando sus padres), pero procuro aplicar el mismo cuento y si veo que no funciona, me llevo a mi hijo entreteniéndole en otra cosa y con otros niños.